En primera persona

Un maestro, una enfermera, una cooperante y una responsable de comunicación de una ONG nos cuentan su historia sobre Etiopía en primera persona.

Eva Mateo / Marta Gastón

Selecciona uno de los protagonistas para leer su historia:

Sainesh

Enfermera jefe del hospital de Wukro

Johannes

Profesor de la escuela rural de Wukro Adi-Agew

Maru

Un #crowdfunding ha cambiado la vida de miles de personas

Eva

Ayuda en Acción

Sanidad

Sainesh, enfermera jefe del hospital de Wukro.

La historia de Sainesh es curiosa, porque llegó al hospital de Wukro cuando era joven para tratarse de asma y allí se quedó. Lleva 27 años trabajando en el centro. Como casi todas las mujeres en Etiopía es una pionera: tiene el honor de ser la primera mujer enfermera del hospital después de la guerra de 1990. “En el hospital de Wukro habíamos recibido, hasta marzo de 2016, 75 casos de desnutrición desde octubre de 2015”, nos cuenta, “cuando en todo el año anterior tuvimos solo 70. Prácticamente la cifra se ha duplicado y en buena parte debido a la sequía”.

Los niños siguen siendo sus principales pacientes: en los últimos 8 meses han tratado en el hospital a 1.200 niños y 300 de los casos han sido de espina bífida y pies zambos. No escasean tampoco los casos de deshidratación y neumonía severa. “Los tratamientos antirretrovirales y para combatir la tuberculosis los suministra el Gobierno de forma gratuita”, nos explica Sainesh. “Antes la asistencia médica en el hospital era totalmente gratuita, ahora pagan 15 Birr (0,65€) por noche, más el material médico utilizado, aunque la atención del médico sigue siendo gratuita. Un catarro puede costar unos 100 Birr (4,34€), algo que muchas familias no se pueden permitir”.

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Educación

Johannes, profesor de la escuela rural de Wukro Adi-Agew.

“Los niños no han abandonado la escuela”, asegura Johannes, “pero han dejado de asistir porque no se alimentan adecuadamente y se quedan dormidos en clase. Muchos han dejado de venir a la escuela varios días”. Johannes es profesor en la escuela rural de Wukro Adi-Agew, en la que están matriculados un total de 158 niños, de los cuales 30 son de jardín de infancia y el resto tienen entre 6 y 11 años, de 1º a 4º grado.

Para evitar el absentismo, la escuela quiere poner en marcha un proyecto para dar comidas en el centro. La situación se agrava porque hay unos 20 niños que viven a más de 3km de distancia de la escuela. “Desde la sequía del 84 no hemos conocido otra igual”, nos cuenta. “Los ríos están secos. Antes lo normal era tener una segunda e incluso una tercera cosecha cuando llovía normalmente. A menos de 4 kilómetros a la redonda es imposible encontrar agua potable. Llevan a las vacas al río cada dos días para que beban, pero esa agua no es apta para consumo humano”.

El salario de un profesor de escuela primaria es de unos 1.700 Birr (unos 74€) al mes sin experiencia, mientras que uno que tenga un año de experiencia en la enseñanza puede cobrar 2.200 Birr (96€) mensuales.

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Maru

Abogada y Cooperante

Volcada desde siempre en causas humanitarias, en 2013 esta abogada de Torremolinos realizó un viaje a Etiopía que le cambió la vida. Tras comprobar de primera mano las necesidades y carencias de la población local, sintió que debía actuar; aunque no fue hasta dos años más tarde, tras realizar un segundo viaje al país africano, cuando pasó a la acción.

Según cuenta, la emergencia humanitaria provocada por ‘El Niño’ la despertó de su letargo. “Ahora o nunca”, se dijo. Y optó por poner en marcha una campaña de recaudación de fondos para la construcción de un pozo en Janamora. El ‘mailing’ y el Whatsapp fueron las principales herramientas que empleó para dar a conocer la situación etíope y la necesidad apremiante de posibilitar a los lugareños el acceso al agua potable. Fundamentalmente, Maru contó con la ayuda de familiares, amigos y amigos de sus amigos, pero también con las aportaciones de personas desconocidas a quienes les llegó la información mediante el boca a boca. Así, en un tiempo récord, apenas cuatro meses [diciembre 2015 – abril 2016], ya había recaudado el total necesario para sufragar las obras: 19.492,13 euros.

Hoy en día, el pozo situado en Robgebeya abastece a 285 familias que, gracias a la iniciativa de Maru, tienen garantizado el acceso al recurso natural más preciado de Etiopía.

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Eva @evAsolas

Comunicación en Ayuda en Acción

“Semillas para Etiopía. Estas tres palabras no dejaban de resonar en mi cabeza cuando el avión despegó del aeropuerto de Addis Abeba, rumbo de nuevo a España. Después de dos semanas recorriendo el norte del país, volvía con el cuaderno lleno de historias sobre mujeres y niñas que caminan durante horas en busca del agua o agricultores que miran al cielo rastreando atisbos de lluvia que no llega; en la retina, las imágenes de pozos secos y tierras resquebrajadas y pedregosas hasta donde la vista alcanza. Pero también volví con la impresión de haber conocido a un pueblo orgulloso -el único en África que nunca fue colonizado- y tenaz luchando contra un viejo enemigo: la sequía.

Comenzaba entonces lo más difícil. ¿Conseguiremos explicar por qué es importante ayudar a Etiopía y que los españoles elijan esta entre un océano de causas con las que colaborar? La respuesta ha sido un canto a la esperanza: en este camino nos han acompañado muchas personas que, gracias a sus donaciones, han llevado agua a 70.000 etíopes y dado semillas a otros 2.000. Hoy les imagino sonreír sabiendo que a más de 8.000 kilómetros de distancia alguien les ha tendido su mano. Porque una sola persona puede cambiar la vida de otra. Ayúdanos a hacerlo posible.”

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