Movilización frente a la sequía

Ayuda en Acción distribuye agua potable a 70.000 habitantes de aldeas remotas y semillas para 2.000 familias.

Marta Gastón

Pese a que la emergencia ha pasado prácticamente desapercibida en el primer mundo, la colaboración de particulares, así como la ayuda prestada por los organismos internacionales y el propio gobierno del país ha servido para mejorar los medios de vida de la población local.

Desde finales del año pasado, Ayuda en Acción ha llevado agua potable a 70.000 personas y ahora distribuye semillas para afrontar la próxima temporada de siembra, clave para el futuro de los etíopes.

Desde primera hora de la mañana, decenas de mujeres y niñas acuden en peregrinación al punto de distribución de Awchara (Janamora) para obtener agua potable. Allí les espera Teguada Mekonen, una joven de 20 años que gestiona el reparto: anota las familias que llenan sus ‘jerikans’ (bidones amarillos de unos 20 litros de capacidad) y asegura que las asignaciones sean equitativas.

7,5 millones de agricultores no disponen de medios para poder afrontar la actual temporada de siembra. ©Ángel López Soto_Ayuda en Acción
Ayuda en Acción ha reaccionado a la sequía distribuyendo agua y semillas

Diariamente, más de dos centenares de personas se sirven de este tanque de almacenaje para obtener agua potable, un recurso que escasea más que nunca en Etiopía y que obliga a su población a caminar durante horas para acceder a él. La sequía extrema que asola el país desde hace más de un año, la más virulenta en medio siglo, ha impulsado a Ayuda en Acción a poner en marcha sistemas de distribución como este en el centro y norte del país (Janamora, Ankober, Girar Jarso y Killtte Awlaelo). Gracias a ellos, 70.000 personas han podido acceder a este preciado bien natural, incluso en los kebeles (la unidad administrativa más pequeña en Etiopía) más remotos del país, donde se ha optado por suministrar agua mediante burros.

La distribución de agua potable no es la única respuesta que Ayuda en Acción ha proporcionado a la emergencia humanitaria. No en vano, la organización se ha encargado de repartir semillas de trigo y sorgo a 2.000 agricultores en la región de Amhara; una asistencia que, sin duda, resulta crucial, pues son muchos los campesinos etíopes que, tras varias temporadas de siembras malogradas, han agotado sus semillas de reserva, bien porque las hayan consumido como alimento, utilizado para sembrar, o debido a que se hayan visto obligados a emplearlas como sustento del ganado. En la mayoría de los casos, las familias no tienen ahorros ni acceso a créditos para adquirir esas semillas y es la colaboración externa la única que puede remediar su situación.

Ayuda en Acción ha distribuido agua potable a más de 70.000 familias. ©Ángel López Soto_Ayuda en Acción

Reacción gubernamental

A día de hoy 7,5 millones de agricultores no disponen de medios para poder afrontar la actual temporada de siembra

El gobierno etíope, en coordinación con ONG y organismos internacionales, ha liderado la respuesta a la emergencia. Tras años de sequías cíclicas, el ejecutivo sabe muy bien a lo que se enfrenta. La fatídica hambruna de 1984, en la que perecieron alrededor de un millón de personas, trajo consigo un replanteamiento de las políticas y es por ello que desde hace décadas se implementan programas para aumentar la resiliencia de la población ante la meteorología adversa. El PSNP (Productive Safety Net Programme), o el SLM (Sustainable Land Management), cuyo objetivo no es otro que involucrar a la población, entre otros, en la rehabilitación y construcción de infraestructuras hidráulicas, son dos de los más conocidos. La potenciación del turismo, la concesión de rentas mínimas o el plan de seguros, que garantiza a los pequeños agricultores un retorno económico en caso de pérdida de la cosecha debido a condiciones climáticas desfavorables, son otras de las medidas que el equipo del primer ministro Hailemariam Desalegn ha llevado a cabo para combatir un fenómeno cíclico.

Pero, a pesar de todos los esfuerzos, a día de hoy 7,5 millones de agricultores no disponen de medios para poder afrontar la actual temporada de siembra y 1,7 millones de familias ni siquiera cuentan con granos para sus tierras, el doble de lo registrado en enero de 2016 y casi cuatro veces más que en diciembre de 2015. Como consecuencia, más de 10 millones de etíopes se encuentran en situación de inseguridad alimentaria.

Ante esta coyuntura, la colaboración de la comunidad internacional se torna clave. El Gobierno etíope fijó el año pasado en casi dos mil millones de euros el montante indispensable para atajar la crisis, de los cuales más de la mitad debían destinarse exclusivamente a asistencia alimentaria, pero todavía no se ha cubierto siquiera el 50% de los fondos.

También se han distribuido semillas de trigo y sorgo a 2.000 agricultores en la región de Amhara. ©Ayuda en Acción

La llegada del total de la financiación supondría un bálsamo que permitiría romper el círculo vicioso en el que se encuentra inmersa Etiopía; y es que, al no garantizarse el repunte de la producción agrícola y ganadera, el porcentaje de población dependiente no puede hacer sino aumentar.

Por ello urge actuar. De lo contrario, el país más estable del Cuerno de África, un Estado que ha visto cómo su economía ha repuntado en los últimos años a un ritmo vertiginoso (en torno a 10 puntos anuales), podría sufrir grandes retrocesos sociales, al tiempo que asiste al deterioro de su población y medios de vida.

El gobierno etíope, Ayuda en Acción y otras organizaciones humanitarias ya están trabajando en la zona para auxiliar a los más vulnerables. Ya solo falta que te impliques tú. ¿Te sumas para paliar la emergencia en Etiopía?

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